miércoles, 20 de octubre de 2010

La Nutricion...

Se conoce como nutrición al proceso biológico a partir del cual el organismo asimila los alimentos y los líquidos necesarios para el crecimiento, funcionamiento y mantenimiento de las funciones vitales; pero nutrición también es la parte de la medicina que se ocupa del estudio de la mejor relación entre los alimentos y la salud. Ésta se realiza en fases:
·         Ingestión: Es la entrada del alimento en el interior del organismo.
·         Digestión: Proceso realizado en el aparato digestivo.
·         Absorción: Paso de sustancias nutritivas del aparato digestivo a la sangre.
·         Transporte: Las sustancias nutritivas absorbidas son llevadas hasta las células.
·         Excreción: Es el último tiempo de la alimentación, la cual se encarga de mantener un nivel homeostático constante en el organismo. Diversos órganos (los riñones, intestinos, piel, pulmón) participan en el proceso de excreción, es decir, en la liberación/desecho de productos no útiles.
ü  La digestión se produce en el sistema digestivo. En la alimentación, incorporamos nutrientes, pero estos sólo son aprovechables si pasan desde el sistema digestivo a la sangre, es decir, si se absorben. Para que esto ocurra, los alimentos sufren una serie de transformaciones, que llamamos digestión.
En la digestión, actúan los jugos digestivos. Estos contienen unas sustancias llamadas enzimas, que son las que permiten degradar los alimentos en sustancias simples, que pueden absorberse.
El sistema digestivo está formado por distintos órganos, a los cuales se asocian las llamadas glándulas anexas, como las glándulas salivales, el hígado y el páncreas.
1. En la boca, comienza la digestión. La comida es cortada y triturada por los dientes; la saliva, formada en las glándulas salivales, degrada y ablanda los alimentos, y la lengua ayuda a mezclarlos y a tragarlos. A través de este proceso, los alimentos forman una pasta que se llama bolo alimenticio.
2. El bolo alimenticio se deglute, es decir, se traga, y pasa por la faringe, un órgano compartido por los sistemas digestivo y respiratorio. Al tragar, la conexión de la faringe con el sistema respiratorio se tapa automáticamente y por eso no nos atragantamos.
3. El bolo alimenticio pasa de la faringe al esófago, un tubo que, mediante movimientos ondulatorios, conduce el alimento hacia el estómago.
4. El estómago, realiza movimientos que amasan el bolo alimenticio, lo mezclan y lo baten. También produce jugos gástricos (gastro quiere decir estómago) que continúan la digestión. Al salir del estómago, el boto tiene la consistencia de una sopa.
5. El bolo pasa al intestino delgado, un órgano de unos seis metros de largo; en su primer tramo, continúa la digestión, gracias a la acción de jugos producidos por el hígado, por el páncreas y por el propio intestino. El resto del intestino delgado está rodeado por pequeños tubitos del sistema circulatorio, llamados capilares, donde los nutrientes obtenidos en la digestión pasan a la sangre. Este proceso se llama absorción.
6. En los alimentos, hay sustancias que el sistema digestivo no puede desintegrar. Quedan partículas de un tamaño tal que no pueden ser absorbidas y deben ser eliminadas. El intestino grueso es el órgano donde se forma la materia fecal, es decir, el residuo de la digestión, que luego saldrá al exterior por el ano.
ü  En el sistema cardiovascular ocurre la absorción y la transportación de los nutrimentos, y está constituido por el corazón, los vasos y la sangre.
ü  Las células que forman nuestro organismo producen desechos que deben eliminarse del cuerpo. Tanto el dióxido de carbono, que eliminamos en la respiración, como el exceso de agua y las sales minerales que expulsamos en el sudor y en la orina son productos de desecho. Los procesos de eliminación de estos desechos constituyen la excreción.
El exceso de agua y las sales minerales se excretan, en parte, a través de la piel de todo el cuerpo, o sistema tegumentario. El plasma de la sangre transporta algunos desechos hasta la piel. En ella, se produce el sudor, que se elimina a través del proceso llamado sudoración o transpiración.
La sangre también transporta desechos hasta los riñones que, junto con los uréteres, la vejiga y la uretra, forman el sistema excretor urinario, que produce y excreta la orina. La transpiración es una forma de excreción. Mediante el sistema respiratorio, durante la espiración, también se eliminan desechos, como dióxido de carbono y agua en forma de vapor.
Para que la nutrición sea considerada como óptima se deben seguir “Las Leyes de la Alimentación”:
1-                          Ley de la cantidad: La cantidad de alimentos debe ser suficiente para cubrir las necesidades calóricas del organismo. Los alimentos que proveen fundamentalmente calorías (energía) son los hidratos de carbono y las grasas. La cantidad de calorías deberá ser suficiente como para proporcionar calor para mantener la temperatura corporal, la energía de la contracción muscular y el balance nutritivo. Desde el punto de vista calórico, una dieta puede ser: suficiente, insuficiente, generosa o excesiva. De acuerdo a esta ley, los regímenes adelgazantes se consideran “insuficientes”, ya que permiten un descenso de peso a expensas de un contenido calórico reducido. El requerimiento calórico para cada persona en particular deberá ser determinado por un profesional en nutrición, considerando edad, sexo, contextura, actividad, situaciones especiales: diabetes, obesidad, desnutrición, etc.
2-                          Ley de la calidad: Toda dieta deberá ser completa en su composición, asegurando el correcto funcionamiento de órganos y sistemas. En todo régimen deberán estar presentes: hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y agua. De acuerdo a esta ley, los regímenes se clasifican en completos (variados) e incompletos.
3-                          Ley de la armonía: Las cantidades de los diversos principios que componen la alimentación deberán guardar una relación de proporción entre ellos, de manera tal que cada uno aporte una parte del valor calórico total. Se recomienda que toda dieta normal contenga: - proteínas: 12 a 15% del valor calórico total - grasas: 30 a 35% del valor calórico total - carbohidratos: 50 a 60% del valor calórico total.
4-                          Ley de la adecuación: Toda dieta deberá ser la apropiada para cada individuo en particular, considerando: edad, sexo, actividad, estado de salud, hábitos culturales y economía. Ello implica una correcta elección de los alimentos, así como una correcta preparación.
La mejor nutrición será aquella que cubra los requerimientos de energía a través de la metabolización de los nutrimentos esenciales: carbohidratos, proteínas, lípidos, vitaminas, minerales y agua.

No hay comentarios:

Publicar un comentario